«Termópilas» La batalla que cambio el mundo

«Valor en aquellos que en sus vidas han designado resguardar las Termópilas»

Las Termópilas tanto como un hecho histórico, como la ubicación, trata de una página dorada en la historia gloriosa de los antiguos griegos. Un pequeño ejército, lleno de pasión y amor por sus ideales, se enfrentó con la máquina de guerra persa, sabiendo de antemano que iba a perder. Pero esta es la magia de las Termópilas. Dirigiéndose al enemigo, sobre la base de sus ideas y sus creencias, para no caer, sabiendo que serás derrotado.

Los persas a principios del siglo V A.C. fueron destinados a la conquista de la península de los Balcanes y de encontrar una salida en el Mar Mediterráneo. Incivilizados, sin rastro de educación y de cultura, querían contemplar con una única arma su fuerza militar, especialmente en los griegos. En particular porque más allá de la cual la educación militar, ya comenzaba a desarrollarse durante ese período, los ideales y sus ideas para la República. La constitución, en el que todos deciden y gobiernan, basándose en el principio de la mayoría.

La élite de la guerra griega de arte fueron los antiguos espartanos. Personas fuertes, donde su vida entera fue una guerra continua de preparación. No imperialista, pero capaz de protegerse a sí mismos, sus familias y sus tierras.

Habiendo comenzado sus ataques los persas, debía toda la raza griega (atenienses, espartanos Corintios y Thibános) preparar su defensa. Ya había sido precedido el triunfo de la batalla de Maratón, hace 10 años (490 a.C), hecho que tuvo armado la confianza de los griegos y vistos por los atenienses.

Ahora las cosas eran más difíciles y la preparación debía ser más coordinada y detalladas. Debía de alguna manera ser retrasada o en descenso de los persas en Atenas, tanto atenienses y aliados estarían perfectamente dispuestos a enfrentarse.

Los espartanos sacaron entonces el resto de los griegos de la difícil situación. Con sobra de valentía, fe y coraje, decidieron interponerse en la barrera de suicidio, retrasando los persas y dando al resto de los griegos el tiempo necesario para enfrentar a los Persas en el mar de Salamina.

Así escogieron las puertas calientes como el campo de batalla y enfrentamiento con los persas, debido a su situación geográfica. Las puertas calientes fue una estrecha franja de tierra, con una anchura de 200 metros entre las condiciones del Golfo Maliakos y kallidromu. (En la actualidad debido a los terraplenes y la marea en el mar, el paso tiene un ancho de hasta 10Km).

Trescientos griegos y setecientos Thespíis, al mando el rey de Esparta Leónidas, estaban listos para enfrentar a los 250.000-300.000 Persas soldados. La terrible capacidad de guerra, la estrategia y el coraje de los soldados griegos, no sólo retrasaron los Persas en el estrecho paso, pero la batalla inicialmente pareció estar a favor de los griegos.

Finalmente, la derrota llegó de una traición. Efiáltis, un espartano al cual, los ciudadanos no lo contaron debido a la falta de deporte / y su corpulencia militar, traicionó sus compatriotas, mostrando a los persas un paso oculto sobre el monte Kallídromo, donde los llevó exactamente a espaldas de los soldados griegos.

Los griegos lograron sobrevivir el martilleo despiadado 3-4 días, y al final todos ellos, junto con su rey, cayeron. En tal caso, no estamos hablando de una derrota. Una batalla donde los Persas calcularon que ganarían dentro de 8-10 horas, finalmente se mantuvo 4 días enteros con enormes pérdidas de vidas humanas.

Lamentablemente para nosotros los jóvenes griegos, han sobrevivido mínimos hallazgos en el lugar de batalla para recordar la desigual lucha de los Griegos frente a al poderoso enemigo. Una sentencia histórica nos recuerda aún hoy lo que sucedió el 480 a.C. en las Termópilas:

Cuando Jerjes, líder de los persas, solicitó a los antiguos griegos entregar sus armas en las Termópilas, Leonidas respondió:

ΜΟΛΩΝ ΛΑΒΕ «Ven y tómalas»

Simonídis, el Kíos (antiguo historiador de la época) deseando honrar a sus muertos escribió lo siguiente:

«A los espartanos, que aquí enterramos obedecieron a los dictados y nuestras ideas».

Cuantos años sean los que pasen, Termopiles seguirá siendo un faro brillante de valentía y lucha por las creencias de cada ser humano, aun si sabe cómo es casi imposible lograrlo. No retroceder, no conformarse, luchas hasta la muerte por lo que piensas. Como dice el gran poeta griego Constantino Cabáfis: «Valor en aquellos que en sus vidas han designado resguardar Termópilas»

Autor. Giannis Argiropulos / Profesor de ciencias y matemáticas

 

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