FUE SIN DUDA ALGUNA UNA CONDICIÓN DETERMINANTE PARA SU APOGEO ART ISTICO E INTELECTUAL . Considerado como un alto valor estético, la luz griega ha sido homenajeada a lo largo de los siglos por los poetas maestros. Era la luz que asombró a Homero, a Byron, a Hugo von Hofmannsthal, a Dionysios Solomos y a los premios Nobel griegos Georgios Seferis y Odysseas Elytis. Esta luz ha asombrado a los viajeros extranjeros y agudizó sus sentidos.
Bajo el sol – también llamado «el sol soberano», como ha sido alabado por Elytis – todo se vuelve más claro. A medida que toca todo lo griego, antiguo y nuevo, revela la belleza de la cultura griega, siempre absorbiendo, renovando, mezclando el estilo dórico con el detalle helenístico, y el fresco bizantino con el elemento medieval. Se trata de una luz única, que transmite una cierta alegría de vivir impregnada de la ancestral virtud de «filoxenia» (hospitalidad, acogida, refugio). “… bañada por una luz nunca antes contemplada por el ojo humano que a uno le provoca una inmensa alegría como si fuera la primera vez que disfrutara del don de la vista. Esta luz es indescriptiblemente intensa a la vez que suave. Saca a relucir a los detalles más mínimos, con claridad, una claridad tan suave que hace que el corazón lata más deprisa y envuelve a la vista en un velo tranparente – Puedo describir sólo en estos términos.
Una vez que se puede comparar con nada, sino el espíritu.” Hugo von Hofmannsthal, “Instantes en Grecia “ “…. Aquí la luz penetra directamente en el alma, abre las puertas y ventanas del corazón, a uno lo deja desnudo, expuesto, aislado en una felicidad metafísica que hace que todo sea claro y desconocido.” Henry Miller, “El Coloso de Maroussi “ “Fue un aleteo sobre las brillantes olas azules, el brillo del sol en las rocas, escuchamos el sonido de los pasos de las aguas nómadas sobre las losas del color de las brasas,” Octavio Paz, “Kostas Papaioannou”