Caminando en el centro de Atenas, en unos de los principales ejes que conectan dos plazas históricas de la capital griega (La plaza de la constitución y la de la concordia), en el medio del camino tres edificios imponentes sellan este punto de la ciudad. La academia, la Universidad y la Biblioteca son el corazón del espíritu de la vida de la Atenas moderna. Se construyeron en el siglo XIX por dos hermanos, Christian y Theófilo Hansen y se terminaron por el gran Ernesto Ziller. Son justamente parte de la “trilogía ateniense” del neoclasicismo es una joya dentro de la Atenas moderna.
Parado el visitante al frente de estos edificios, y en particular del primero, la Academia, inevitablemente plantea en su mente las asociaciones que lo conducen a la época de Oro de Atenas, a la «edad de oro» de esta ciudad. En el momento del florecimiento de la cultura, las letras y las artes, Atenas fue pionera en la fundación de los valores que gobiernan el mundo occidente moderno civilizado. Los filósofos e intelectuales en general en ese momento tenían un fuerte deseo y la necesidad de transmitir su sabiduría, su espíritu y sus preocupaciones a la gente común. Por lo tanto, es perfectamente razonable que las escuelas, universidades y academias se establecieron para este fin. La escuela más famosa que fue precursora de las instituciones universitarias modernas fue la Academia de Platón.
Específicamente, el gran filósofo Platón fundó en Atenas alrededor del 388 a.C., la academia homónima en una área elegida -una arboleda en la ciudad de Atenas- dedicada al héroe ateniense Akádimos. El lugar era considerado sagrado porque según el mito, Teseo había escondido allí a la bella Elena, cuando quedó deslumbrado por su belleza, la robó de un templo de Artemisa.
En la Academia, a diario, los grandes científicos y filósofos de la época abordaron diversos temas a través de la discusión y el diálogo con sus estudiantes. Estaban buscando el enfoque de la verdad y la solución de varias reflexiones, científicas y morales, que frustraron los espíritus ansiosos de la época. Los cambios científicos básicos de la academia fueron la filosofía, las matemáticas, la física, y las ciencias políticas. De hecho, Platón puso mucho énfasis en el conocimiento de las matemáticas y de la geometría. “Que no ingrese quien no sepa geometría” Que nadie ingrese a la Academia si no conoce de geometría, decía la inscripción sobre la entrada de la escuela. Según Platón, las matemáticas eran la ciencia principal para abordar con seguridad el mundo de la sabiduría, las ideas, la filosofía y, finalmente, «conocer» a Dios. No es coincidencia que la geometría moderna apoye sus axiomas y sus teoremas en Euclides, cuyo trabajo se ha hecho conocido y ha crecido dentro de la Academia de Platón.
Caminando por la arboleda que es todo el sitio arqueológico, encontramos en nuestro recorrido 4 puntos separados:
Al principio vemos la casa sagrada y la segunda casa, edificios que constituyen residencias en el área antes de que se instale el Gimnasio (los edificios protegidos por un techo). En el lado este del callejón de la Academia hay dos secciones separadas del Gimnasio, una de la época helenística y otra correspondiente a la época romana posterior. En el centro del callejón encontramos los restos del «Anfiteatro», el lugar donde Platón y los filósofos de la época discutieron y aplicaron el método dialéctico con sus alumnos. Finalmente, un poco fuera del área alpina, se conservan las ruinas del «peristilo cuadrado» de 40x40m. para lo cual tenemos fuertes indicios de que era algo así como la Secretaría de la Academia y de alguna manera las oficinas de profesores y académicos.
La academia de Platón funcionó aproximadamente 1.000 años Desde el nombre de Akádimos, el uso de la palabra «academia» fue heredado en todos los idiomas más modernos. La escuela floreció particularmente en los años de los filósofos Neo Platónicos hasta mediados del siglo VI d.C., cuando, con el decreto del emperador Justiniano, todas las facultades y edificios de la escuela se cerraron.
Cerrando nuestro recorrido hacia el sitio arqueológico de la Academia, sería un fracaso no mencionar al gran sabio, el filósofo Platón. Platón (427 a.C. – 347 a.C.) fue el estudiante más conocido del filósofo Sócrates y maestro del filósofo Aristóteles (maestro de Alejandro Magno). El método dialéctico utilizado en la enseñanza de Platón es una piedra angular de la filosofía moderna. Diríamos sin exagerar que él es uno de los fundadores de los principios y valores del mundo moderno. Sus obras más conocidas, que son las esculturas de la filosofía del mundo, son «Apología de Sócrates», «El Simposio», «El Estado». En estas obras, con argumentos y mediante el diálogo con la gente de la época, se fundan las ideas de la moralidad y los valores que deben gobernar un mundo civilizado. Las obras de Platón están actualizadas como un tesoro espiritual para la raza humana, ya que logran exaltar las habilidades de la mente humana y guiarla en la creación de una sociedad ideal.
Nuestro paseo en este barrio aislado de Atenas y el contacto con el lugar que dio origen a la filosofía moderna es una prueba tangible de los secretos y el aura que emite esta ciudad, que ha sellado el curso que la humanidad ha seguido desde la prehistoria hasta hoy. En GreciAquí consideramos un honor poder transmitir al visitante el aura de esta ciudad, el aura de este país, y hacer que comprenda y experimente la universalidad de Grecia. ¡Por eso, los esperamos para su próxima visita a Grecia para descubrirla juntos!